lunes, 26 de enero de 2009

ABRAZABLE


No debería, pero no hay respuesta a por qué lo hago. Las cosas muchas veces no son lo que parecen. Quizá demasiadas veces, y tal vez sea esta convicción lo que provoca que aún desconfiemos más de lo necesario y nos pasemos de precavidos. Yo ya no me creo nada y casi en nada. ¿Sabes? Algunas veces me da por pensar que todavía no está todo perdido, que aún recuerdas, que el proceso de olvido sigue activo a pesar de que pueda estar en su fase terminal. No lo sé, supongo que es una esperanza desesperada; lo que queda cuando ya has decidido que la esperanza en y por sí sola es una pérdida de tiempo, de cabeza y de lágrimas. El residuo que no controlas y no desaparece por mucho que quieras, o precisamente porque sigues queriendo sin poder evitarlo. Se me van los ojos. Se me quedan prendidos de los tuyos y me despisto. Tengo que enfadarme; les regaño y luego les prohíbo volver a hacerlo. Es por su bien, por mi bien, pero no me hacen caso. Después son ellos quienes me reprochan no haberles vigilado más de cerca, cuando entienden que no está en mis manos proporcionarles tal visión y que es más doloroso disfrutarla casualmente, de cuando en cuando, que simplemente no hacerlo nunca. Algo muy parecido me ocurre con los pensamientos. Se empeñan una y otra vez en tenerte cerca, más que cerca, en el centro de todos, y yo ya no soy capaz de discutir con ellos y me decanto por apagarlos. Intento desviarlos con la tristeza de los ojos. Trato de recordarles su inevitable empatía con ellos y conmigo. Otra vez a convencer de que es por su bien, por mi bien, pero no me hacen caso. No pueden, y para defenderse me reprochan que le ocurre igual o lo mismo al resto de mí, que ese resto es quien les provoca y que qué mierda!, eres demasiado ‘abrazable’. Yo no suelo saber qué contestar. Lo más suelto un “¿y?” forzadamente desdeñoso pero nunca me quedo a escuchar la respuesta. Les doy la espalda y procuro dedicarme a otra cosa: ‘Soy de palo, no oigo nada, soy de palo, no oigo nada’. Y aún así, llego y escribo._________________

RAMIRO CARRACEDO

4 comentarios:

  1. El cuerpo no es invencible.. ni del todo autonomo.. a veces hay coss o enventos que ocurren en nuestro mundo particular que lo trastocan todo.. y allá va.. como si nada y todo pasara.. como si nada y todo importara.. Y nosotros damos la pelea.. le obligamos a que vuelva.. pero el impulso es mayor.. el deseo es mayor.. el instinto se trae en codigo.. lo racional se aprende ( con suerte) con los años...

    Por eso irremediablemente escribes... no le evites su huida en estampida... solo dirigelo hacia un lugar seguro...

    Saludos!

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  2. no evites lo inevitable,si te apetece hazlo no huyas es una forma de quedarte tranquilo y pensar que haces lo que tienes que hacer.

    Un beso.

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  3. la vida hay que tomarla con mucha paciencia y serenidad, en la vida nada es verdad ni mentira, todo es del color del cristal con que se mira.
    saludos

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